Cuando tienes un auto, es común que olvides revisar ciertas cuestiones que, en realidad, son primordiales para el correcto funcionamiento de tu vehículo y también para tu seguridad.
Desde Imfrisa, nos interesa que transites por la ciudad o por cualquier carretera con total confianza. Por eso creemos que es necesario tener en cuenta 5 chequeos básicos para que le realices a tu automóvil. ¡Descúbrelos aquí!
1. Chequeo de niveles de fluidos
Los niveles de fluidos de tu automóvil son fundamentales para que este tenga un funcionamiento óptimo, ya que los costos en el interior del sistema pueden ser altos. Además, los daños internos tienen consecuencias negativas, como el menor rendimiento de la vida útil del vehículo. Aquí te contamos cuáles son los fluidos principales que debes revisar con tu mecánico de confianza periódicamente.
- Aceite del motor: el aceite del motor es fundamental porque tiene la función de lubricar y limpiar las piezas internas del sistema. Una revisión y cambio a tiempo del aceite protege el motor de la corrosión y del desgaste prematuro.
- Refrigerante: por su parte, el refrigerante tiene el objetivo de mantener el motor a una temperatura segura mientras está funcionando. Para ello, absorbe el calor residual y excesivo del motor, y además baja el punto de congelación para proteger las piezas internas.
- Líquido de frenos: los frenos no pueden funcionar de forma efectiva sin este líquido que es crucial, ya que garantiza que tu auto se detenga cuando presiones el pedal de freno. Verifica siempre que las pastillas de freno estén en buenas condiciones.
2. Inspección de neumáticos, amortiguadores y embrague
Los neumáticos, amortiguadores y embrague son elementos sumamente importantes para que tu auto funcione de forma correcta y segura, por lo que necesitan una revisión técnica de forma periódica. Por un lado, es primordial chequear la presión de aire de los neumáticos y alinear el balance, además de controlar que la banda de rodadura no esté desgastada.
Por su parte, el embrague es un sistema fundamental que permite continuar o interrumpir la transmisión de potencia del motor a las ruedas a través de la caja de cambios.
3. Revisión del sistema de iluminación
El sistema de iluminación es prioritario para tu seguridad como conductor y la de tus pasajeros, debido a que te permiten ver y también ser visible para los demás vehículos. En la noche, tanto la visibilidad como el campo visual del conductor disminuyen considerablemente. Por eso, es necesario que revises regularmente que las luces funcionen de forma correcta, así evitarás accidentes y circularás con mayor seguridad. Las principales luces que debes controlar son las siguientes:
- Delanteras: iluminan el camino para que el conductor vea de manera más precisa.
- Traseras: alertan a otros conductores de que el vehículo está reduciendo su velocidad o se va a detener.
- Direccionales: también se conocen como luces intermitentes, permiten al conductor comunicar a los demás sus movimientos, como un giro o un cambio de carril.
- De freno: advierten a los conductores que vienen detrás de que el vehículo está reduciendo la velocidad o frenando.
4. Comprobación de la batería
La batería es la principal fuente de energía de tu vehículo, su función es acumular y suministrar la corriente eléctrica. Por lo tanto, si está dañada o sin carga, el automóvil no funcionará. Es muy importante que te asegures de que la batería se encuentre en buenas condiciones para evitar problemas al arrancar u otros inconvenientes técnicos.
Entonces, revisa que el nivel de carga de la batería sea el correcto y también inspecciona que los contactos que transmiten la energía no estén corroídos o cubiertos de suciedad.
5. Evaluación de frenos
Finalmente, los frenos forman parte de los chequeos básicos que debes realizarle a tu auto, ya que comprenden una de las partes más críticas de la seguridad del vehículo. Si revisas los frenos con regularidad junto a un mecánico, podrás detectar a tiempo cualquier problema potencial y garantizar que el automóvil tiene la capacidad de detenerse en cuanto presiones el pedal.
Ten en cuenta el grosor de las pastillas de freno y de los discos de freno, si están desgastados hasta el punto de que el grosor sea menor al mínimo recomendado, es necesario reemplazarlos para mantener un rendimiento óptimo de frenado.
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